Flavia Sabora
La antigua ciudad romana de Sabora se encuentra enclavada en un paraje de extraordinaria belleza, en las estribaciones de la Serranía de Ronda y la propia sierra de Cañete la Real. Se abre al fértil valle del río Guadalteba, el afluente más importante del Guadalhorce, rodeado por alturas como la del Padrastro, Majón Gordo, Viján y el cerro de Ortegícar.
La ciudad conocida a través de distintas fuentes historiográficas clásicas como Sabora es citada por el autor latino Plinio en el siglo I d.C. Este escritor y militar romano la define como “una población de origen prerromano sometida al control y pago de tributos a Roma”. Dicha ciudad se halla en el Cerro de la Horca, una elevación junto a la actual localidad de Cañete la Real.
Tenemos constancia de que los saborenses solicitaron al emperador romano Vespasiano trasladar la ciudad del Cerro de la Horca, donde originalmente se ubicaba, a un emplazamiento más llano. Añadirían a su nombre el de la familia imperial “Dinastía flavia” y su estatus municipal, convirtiéndose en el municipio de Flavia Sabora. El argumento que utilizaron los saborenses para justificar el traslado se basó en la dificultad que ofrecía el terreno. Este no era apto para un desarrollo óptimo por hallarse en la parte superior de un abrupto monte.
Conocemos esta información gracias al texto grabado en una lámina de bronce, hallada en el siglo XVI, durante el reinado de Carlos V. Hoy lamentablemente perdida. Mediante tal testimonio epigráfico el emperador Vespasiano emite una decisión, Epistula ad Saborenses, accediendo a la reubicación el 29 de julio del año 77 d.C. Surge así el nacimiento de un inédito núcleo urbano diseñado con los patrones urbanísticos de la época y con un estatuto jurídico municipal.
Se desconoce con exactitud dónde se produjo el hallazgo de aquella tabla de bronce aunque esta ha sido, durante siglos, el único testimonio sobre la existencia de Sabora, hasta que el hallazgo de otras inscripciones confirmaron la vida del municipio. La lámina de bronce fue descubierta por un labrador en Cañete la Real, entre 1517 y 1551. La pieza en cuestión fue enviada a la corte de Carlos V por Pedro Mexía. Debemos distinguir la impresionante riqueza epigráfica que muestra el territorio de Cañete. Son cuantiosos los ejemplos de calidad en su material y ejecución. Todo ello demuestra el poder económico de la comunidad de los saborenses.
Llegados a este punto nos resulta muy interesante detenernos, brevemente, en el apasionante debate historiográfico en torno a la ubicación de Flavia Sabora. Comenzamos el recorrido historiográfico destacando las exploraciones que confirman, en la primera mitad del siglo XX, al Cerro de la Horca y sus alrededores como emplazamiento de la ciudad originaria de Sabora. Adentrados los años 80 varios estudios profundizan más sobre la temática y asignan para la ciudad flavia los cortijos de La Colada, Fuentepeones y Ortegícar. Los trabajos investigativos más recientes en torno a la ubicación de la Sabora Flavia la sitúan al sureste de Cañete, específicamente a 3 km, en el paraje de El Carrascal. En este caso Ortegícar, Huerta Nueva y Las Cobatillas marcarían los espacios destinados a una necrópolis y las villas se ubicarían, entonces, en La Lapa, Los Villares, Viján en Cañete la Real y El Tesorillo, Las Viñas, el cortijo de las Madrigueras, en Cuevas del Becerro.
Puede sostenerse actualmente la hipótesis que identifica el yacimiento de “El Carrascal” con la sede de la ciudad de Flavia Sabora y la Vega de Sabora como el centro neurálgico del campo y territorio de la ciudad. Ambos espacios: el yacimiento arqueológico del Carrascal y la Vega de Cañete constituyen territorios históricos y patrimoniales vinculados a la ciudad de Flavia Sabora como entorno propio.
Las trazas arqueológicas de El Carrascal constituyen un legado de extraordinario valor patrimonial. Así lo demuestran sus dimensiones, la organización urbanística que muestra y el presumible estado de conservación que se le presupone gracias a una prospección geofísica y una fotogrametría aérea, técnicas allí realizadas.
A propósito de Flavia Sabora es destacable su origen como ciudad de nueva planta, identificada por una fuente de carácter epigráfico. Toda la ciudad y su entorno, constituido por la Vega de Cañete, reafirman la extraordinaria relevancia de la zona. El valle, conservado paisajísticamente de manera sublime, es el centro del territorio de Sabora. Este espacio natural admirable atesora incontables vestigios arqueológicos contemporáneos a la ciudad Flavia. Todo lo anterior constituye una expresión inequívoca de la admirable e impresionante extensión de la sociedad de Sabora.