Convento de San Francisco
El Convento de San Francisco es conocido popularmente en el municipio como “La Cartuja”. Fue fundado en el año 1624 por solicitud de la misma villa. También la villa había dado en posesión a los franciscanos unas casas propiedad del duque de Alcalá, a la sazón, Fernando Enríquez de Ribera y Girón, mientras se construía un edificio más adecuado no lejos de aquel lugar.
El fray Diego de la Cruz tomó posesión el 29 de enero de 1624. Varios meses después, el 16 de mayo, el arzobispo de Sevilla Luis Fernández de Córdoba dio licencia para su traslado al nuevo emplazamiento.
El convento contaba con dos cuerpos perfectamente diferenciados: la iglesia, de principios del siglo XVII, realizada en ladrillo y mampostería y en segundo lugar, adosada a esta, un pequeño claustro de planta cuadrada que dejó de existir en 1981.
El templo cristiano tiene planta de cruz latina, cubierta con bóveda de medio cañón con arcos fajones y lunetos. En el crucero se levantan unas pechinas que contienen los escudos de armas de la villa, bellamente decorados.
En la nave izquierda del evangelio se abre una capilla cuadrada con bóveda semiesférica con nervios decorados con angelillos, músicos de estilo rococó, del S. XVIII. Dicho elemento decorativo guarda un gran paralelismo con los existentes en la parroquia de Alpandeire.
Frente a ella nos encontramos otra capilla con un arco de acceso en cuyo intradós se observan pinturas con motivos vegetales y rocallas. Estos elementos decorativos también son apreciables a la entrada del templo.
El interior de la iglesia corresponde al estilo manierista de la primera mitad del siglo XVII. La decoración de la capilla mayor, no obstante, guarda especial relación con la realizada en el camarín de la iglesia de la Victoria, a inicios del siglo XVIII.
El exterior es una obra mixta de mampostería y ladrillo. Su fachada se encuentra enmarcada por contrafuertes y coronada por una esbelta espadaña (campanario abierto por huecos para colocar las campanas).
Se accede al templo por una sencilla y bella portada adintelada, coronada por frontón triangular rematado por pirámides y abierto en el centro para cobijar una caja moldurada en forma de arco de herradura. Este detalle del arco de herradura, rompiendo el vértice del frontón, contrasta con la sencillez de la portada. Parece que hubiese sido realizado con posterioridad. La mencionada caja moldurada ha desaparecido recientemente.
Adosado a esta iglesia existía un pequeño claustro de forma cuadrangular, obra de mediados del S. XVIII. El espacio que ocupó el huerto es llamado hoy “Patio de los Frailes”.
En el convento vivían entre 18 y 20 religiosos de la orden de los franciscanos quienes se mantenían gracias a las rentas y limosnas del pueblo.